Algunos conceptos sobre «periodismo»
25 abril, 2012 Deja un comentario
Me quede atónita escuchando a una veterana periodista decir en medio de comunicación, que el ejercicio del periodismo ha evolucionado y que ahora tenemos una nueva modalidad que es “el periodista- activista político”, por cierto muy de moda en nuestro país.
En mi humilde opinión creo que existen profundas diferencias entre “Periodismo, Política y Relaciones Publicas”.
Como asidua lectora de la página web de la “Fundación nuevo periodismo iberoamericano” que tiene como misión “trabajar por la excelencia del periodismo y su contribución a los procesos de democracia y desarrollo de los países iberoamericanos y del Caribe, a través de talleres y seminarios de formación e intercambio entre periodistas, colaboración en redes y estímulos al desarrollo profesional; he seleccionado dos respuestas del maestro Javier Darío Restrepo, (periodista desde hace 52 años. Experto en ética periodística, catedrático de la universidad de los Andes y conferencista en temas de comunicación social) que ofreció en el consultorio ético, un chat donde los periodistas piden orientación sobre ética periodística.
El maestro Javier Darío Restrepo responde sobre la función del periodista a la hora de denunciar la corrupción administrativa:
El papel del periodista cuando denuncia la corrupción administrativa es el de un ciudadano cualquiera, solo que bien informado y con la voluntad de compartir información con los demás ciudadanos.
Buscar, analizar y difundir esa información es la actividad esencial de su profesión, y constituye el servicio específico del periodista a la sociedad.
Cuando se trata de la corrupción de un funcionario, ese servicio es aún más necesario para la sociedad y más exigente para el periodista que, a pesar de la presión social, debe respetar la presunción de inocencia.
En efecto, la información sobre corrupción toca a la vez la defensa del bien común y el derecho de las personas (los funcionarios) a la presunción de inocencia, a la honra y al buen nombre.
Si bien existe una presión de la opinión pública para que se señale y sancione a los culpables de actos de corrupción, el periodista entiende que su función es informativa y no judicial y que, al informar no puede pretender la sustitución de investigadores ni de jueces.
Por tanto, cualquiera absolución o condena antes de la sentencia judicial es una clara extralimitación de sus funciones y lo pone en riesgo de cometer injusticias que nunca se repararán totalmente.
Al investigar, no puede actuar en competencia con los funcionarios judiciales, y ha de limitarse a dar información que permita al lector un conocimiento claro de la situación para apoyar, o urgir, o hacer fiscalización a la actuación de la justicia, pero no para reemplazarla. En todo caso, es un derecho del acusado que se presuma su inocencia mientras el juez no haya sentenciado.
Otra respuesta del maestro Javier Darío Restrepo fue sobre si la función de periodista puede compartirse con un cargo público, o con relaciones publicas o con publicidad:
La incompatibilidad entre políticos o funcionarios en ejercicio y periodistas es evidente porque reúne en la misma persona al fiscalizador y al fiscalizado, al periodista y al publicista, al dependiente del poder y al profesional que debe ser independiente y distante del poder.
Como son términos que se contradicen, mal pueden coexistir en la misma persona.Salvo que el político asuma funciones de gerencia totalmente alejadas de las tareas editoriales.
Si no es así, el medio de comunicación quedará condenado a ser un boletín de propaganda de un movimiento, partido, líder político, o funcionario, y perderá la autoridad moral indispensable para el ejercicio de lo periodístico.
El periodismo es, por su naturaleza, universal y abierto a toda la sociedad. Está hecho para proporcionar a todos una información útil y creíble. Su lenguaje, su agenda, su tratamiento de los hechos pretende interesar a todos; por eso su objetivo central es todo lo que se refiere al bien público.
Es cierto que el político tiene ese mismo objetivo, pero ordenado al ejercicio del poder; esto lo limita porque convierte su actividad en un medio para llegar al poder con un punto de vista personal; el periodista trabaja por el bien común, pero no con la pretensión de ejercer poder alguno, sino de servir a todos los ciudadanos, fortaleciendo su libertad por medio de una información completa e independiente, para que pueda decidir en libertad.
Es un perfil profesional que excluye el del político hasta el punto de que sus objetivos son inconciliables en una sola persona. Cuando esta intención aparece en un medio de comunicación, el periodista que trabaja en esas condiciones:
O se somete pasiva y dócilmente a ese estado de cosas, y pierde su identidad y respetabilidad profesional, y llega a ser un propagandista o activista político más. O rechaza el mestizaje imposible de periodista y político, y deberá defender su identidad profesional todos los días. O navega entre dos aguas, situación que será evidente para el público que, en consecuencia, le negarán toda credibilidad.
El medio nunca podrá aspirar al reconocimiento del público como medio periodístico e independiente. Siempre será el boletín informativo del concejal, o del alcalde, o del político, porque no basta decir o proclamar que uno es independiente. Hay que parecerlo, además.
Que brillante es el maestro Javier Darío Restrepo, interesante, no?