Con un embajador bastaría
27 enero, 2021 Deja un comentario
Desde la firma de los Pactos de Letrán entre Pío XI y la dictadura fascista de Benito Mussolini en febrero de 1929, con los que Italia reconoció la sede papal como Estado independiente, los países occidentales tienen acreditados embajadores ante el palacio del Quirinal, sede de la jefatura del Estado italiano, y el Vaticano.
Sólo que muchos de ellos, por razones económicas, utilizan a un solo embajador para llenar las dos funciones. El país, en cambio, se gasta el lujo de tener allí dos representantes, es decir, dos sedes diplomáticas en una misma ciudad, con dos nóminas de personal, dos dotaciones y dos salarios altísimos para sus embajadores.
Italia, miembro del grupo de las siete naciones más desarrolladas del mundo, de donde procede una buena cantidad de los turistas que nos visitan, país con el cual tenemos un intercambio comercial importante, llegó a cerrar por recorte presupuestario su consulado, a despecho de que viven aquí decenas de miles de italianos, una cifra muy superior a la de dominicanos residentes en la nación europea.