Necesidad de fortalecer el poder ciudadano

Nuestra primera prioridad en materia institucional debería estar orientada al fortalecimiento de la posición de los ciudadanos frente al poder estatal. Tenemos otras muchas prioridades, es cierto, pero la experiencia indica que nos hemos empantanado en el esfuerzo por consolidar las instituciones y con ello la democracia, cuya práctica entre nosotros sigue siendo débil y excluyente. Así, con el correr del tiempo, hemos destruido la capacidad de los ciudadanos para controlar de manera eficaz al Estado y a sus organismos represivos.

Lo que no acaba de entender el liderazgo político, porque no le conviene hacerlo, es que la más importante urgencia en el ámbito institucional se reduce a la necesidad de crear una opinión pública con suficiente peso para controlar un poder estatal cada vez más dominante, con efectos embrutecedores en la conciencia cívica de los dominicanos.

Leer más de esta entrada

La letanía que no puedo echar a un lado

Cuando pienso en el retiro, siento que ese día me enfrentaré a una de mis decisiones más difíciles. Después de una larga reflexión, no necesariamente medida en el tiempo, y ante la imperiosa necesidad de dedicar cada minuto de lo que me reste de vida útil a la búsqueda de solución de los grandes problemas materiales del diario quehacer familiar, sufriré probablemente la impresión de que dilaté por demasiado tiempo la sabia decisión de echar a un lado todos los pasatiempos improductivos.

Uno de ellos, la columna diaria que he mantenido en este periódico desde septiembre de 1978, con muy ligeras interrupciones, la más prolongada e involuntaria de las cuales ocurrió con los cambios que hicieron de El Caribe el modelo de periodismo actual, para dicha de sus lectores. Admitiré entonces que la experiencia de tantos años resultó muy grata y aleccionadora y el recuerdo conspirará para hacer la retirada más odiosa y torturante.

Leer más de esta entrada

Glaciares de la Guerra Fría

La vieja izquierda dominicana suele movilizarse con cada oportunidad que se presenta para protestar contra el capitalismo y los Estados Unidos y el rol que ese país se asigna en la comunidad internacional. Las inversiones extranjeras, especialmente en el área de la minería, ocupan un lugar preferente en sus objetivos, como lo vimos en el caso de Loma Miranda, con un gran despliegue en los medios.

Sabemos por resultados electorales y encuestas recientes, que la población dominicana es esencialmente conservadora. Los partidos y coaliciones de izquierda jamás han sido opciones. Sin embargo, Fidel Castro, un viejo y enfermo tirano, visitó el país en varias ocasiones y ninguna organización organizó protestas o piquetes para repudiarlo. A pesar de su insignificante papel en la vida nacional, esos grupos minoritarios logran con sus actividades una acogida en los medios que muchos partidos grandes no han podido alcanzar.

Leer más de esta entrada

El valor de la crítica

Aun bajo la tradición más democrática, los gobiernos poseen una marcada vocación autoritaria y tienden a ser intolerantes. De ahí la necesidad de que las sociedades se mantengan en actitud de vigilancia permanente para preservar la libertad y el respeto de los derechos ciudadanos. Las élites intelectuales juegan un papel determinante en ese esfuerzo y es su responsabilidad comandar la crítica y señalar los errores y las desviaciones en el campo del ejercicio democrático.

Con frecuencia instancias gubernamentales prestan importancia desproporcionada a observaciones puramente académicas de conocedores de nuestra realidad social y legado histórico. Ha sido una práctica común en todas las administraciones. Si bien algunas afirmaciones críticas resaltan lo que la inteligencia nacional pudiera considerar debilidades y defectos de la personalidad de presidentes o funcionarios, en el fondo, a mi entender y analizando en el contexto en que por lo general se producen, muchas de esas críticas o exposiciones no reflejan una actitud irracional en contra de un gobierno.

Leer más de esta entrada

Lectura para un martes de otoño

En las escuelas de periodismo se insistía, no sé ahora, en enseñarles a los estudiantes a evadir el uso repetido del pronombre relativo “que”, a pesar de su vastísima aplicación en la lengua española. Es cierto el infatigable abuso de ese vocablo, especialmente entre aquellos carentes de un amplio léxico y su empleo desmesurado en las crónicas diarias. Pero la correcta comprensión del vocablo es imprescindible a una buena redacción, sea periodística o de otra naturaleza.

Pocas palabras en nuestra lengua tienen un significado tan extenso. No sería pues estéril dedicar horas de enseñanza en las aulas a su estudio, cuya complejidad queda de resalto en las veinticinco aplicaciones, con sus numerosas variaciones, dadas en los diccionarios de la Real Academia a este “que” tan menospreciado, sin el cual no se podría escribir ni hablar correctamente.

Leer más de esta entrada

Hamás y Fatah, un conflicto abierto

Hamás no está en guerra solo con Israel. Lo está también con Fatah, que lidera la Autoridad Nacional Palestina (ANP), el partido fundado por Yasser Arafat, que era egipcio, no palestino.

Ese conflicto interno se recrudeció en el 2007, y aún persiste, cuando Hamás asumió el control de la franja de Gaza, dos años después de que Israel abandonara voluntariamente ese territorio que controlaba desde la guerra de 1967 con Egipto y otras naciones árabes.

En las guerras intestinas entre Hamás y Fatah, un conflicto no zanjado todavía, han muerto miles de palestinos.

Leer más de esta entrada

¡Paremos la violencia!

No pasa un día sin noticias de un asalto a un vecino o compañero de trabajo, o el robo con violencia de un vehículo propiedad de un familiar o amigo. La frecuencia con que ocurren estos hechos delictivos ha generado una especie de pánico colectivo, mientras crece una amarga sensación de impotencia en la población. Sensación que daña el ánimo nacional y convierte a un pueblo generalmente alegre y despreocupado en su pobreza, en un amasijo de gente asustada y temerosa de salir a la calle para hacer cuanto gusta y está acostumbrada a hacer.

La criminalidad ha alcanzado en los últimos tiempos niveles tan espantosamente altos que creo llegado el momento de hacer algo; de movilizarse contra las distintas y exóticas modalidades del crimen, sin esperar que las autoridades, como siempre distraídas en asuntos electorales y políticos, le presten la atención debida a un fenómeno que arropa de forma conjunta a toda la sociedad, como pocas veces se recuerde.

Leer más de esta entrada

Déjenme insistir, por simple que parezca

Los resultados de las últimas campañas electorales han dejado en claro que algunas ofertas de cambio no parecen transitar por la vía que podría conducirnos al futuro. Ha faltado la pregunta clave. No basta hablar de cambio si no viene acompañado del modelo que lo haría posible. Para darnos una idea, por ejemplo, de a qué país queremos parecernos.

Tal vez pueda servirnos de referencia el clásico de Lewis Carroll, “Alicia en el país de las maravillas”. Cuando Alicia se encuentra con el gato de Cheshire mantiene más o menos la siguiente conversación. “¿Me podéis indicar hacia dónde tengo que ir?”, le pregunta al gato. “Depende de adónde quieras llegar”, le responde. “A mí no me importa demasiado”. “En ese caso”, le dice el gato, “da igual a donde vayas”. “Siempre que llegue a alguna parte”, le dice Alicia, a lo cual dice el gato: “¡Oh!, siempre llegarás a alguna parte si caminas lo bastante”, porque al final si no se sabe a dónde se va, poco importa el camino y la distancia que se alcance, se trate de un individuo, de una empresa o de una nación.

Leer más de esta entrada